Vista de la Catedral año 1870. En primer plano se observa la Pirámide de Mayo, luego trasladada al emplazamiento actual. AGN. |
El archivo, de la entonces llamada iglesia Mayor y desde 1620 iglesia Catedral, comienza a partir del año 1601, cuya sede al cesar en 1830 como parroquial, sus libros –a excepción de dos o tres tomos que se hallaban en San Ignacio y se perdieron en el incendio del 16 de junio de 1955 – pasaron a la iglesia de Nuestra Señora de La Merced, que en ese año fuera elevada a parroquia.
La información que poseemos sobre el contenido de estos registros parroquiales fue tomada del estudio efectuado por el presbítero Manuel Juan Sanguinetti. (1)
El trabajo realizado por este sacerdote se inicia con el análisis del libro primero de bautismos, el cual abarca desde el año 1601 al de 1639, volumen este desaparecido y cuyas partidas, al igual que la primera parte del libro segundo, fueran transcriptas oportunamente por el Doctor Don Raúl Alejandro Molina y publicadas por la Academia Americana de Genealogía en el mes de septiembre del año 2002. (2)
El libro segundo está formado por dos partes: la primera comprende desde el año 1614 a 1629 y la segunda de 1635 a 1660; ambas partes constituyen el libro segundo, no obstante aparecer esta última parte – según la nomenclatura antigua – como libro tercero.
Se trata de un conglomerado de partidas superpuestas sin orden alguno, cuyos codicilos se unieron para formar esta segunda parte; así lo declara una nota marginal al folio 7, perteneciente al Cura de la Catedral Dr. Agüero : “este libro se compone de distintos cuadernos antiguos, con nombres de Libros, que cada uno tenía sus tapas o forros de cordoban muy maltratados…, y para que no se pierdan hacemos encuadernarlos en este libro”.
Al finalizar la primera parte en 1629 hay una laguna de seis años y cinco meses cuyos asientos de bautismos faltan, comenzando a asentarse las partidas en 1636, tal lo confirma la nota marginal del citado folio 7.
Del folio 77 al 81 siguen partidas de indios y luego bautismos de cristianos. En el folio 84, año 1656, terminan los bautismos de españoles, no así los de gente de servicio que siguen hasta 1660. Entre los folios 84 y 88, van incluidas las partidas de esclavos y negros.
En cuanto al libro 3º, según refiere el presbítero Sanguinetti, comienza en 1656 y finaliza a fines de marzo de 1682, constando de 640 fojas [320 escritas en ambos lados]. De acuerdo a esta indicación es evidente que por deterioro del papel se han perdido algunas partidas de los últimos folios de este volumen y otras fueron salvadas parcialmente, pues en la actualidad la última partida finaliza en el folio 306 vuelto, aunque una constancia posterior termina en la foja 320.
Faltan en este libro las partidas de los años 1669 y 1670.
Del libro segundo – segunda parte, hemos copiado 683 partidas, en cuanto al libro tercero se computaron 1899, lo que hace un total de 2.582 partidas, sin obviar las notas escritas por el Doctor Don Juan Cayetano Fernández de Agüero. (3)
En una nueva edición de 578 páginas dimos cuenta del Libro 4º cuyas 3.632 partidas transcriptas en forma impresa cubren el periodo que va desde el 15 de abril de 1682 hasta el 15 de marzo de 1706. En este volumen hallamos y copiamos las confirmaciones celebradas por el obispo D. Antonio de Azcona Imberto en los años 1685, 1691, 1693 y 1699 Un CD-R acompaña esta publicación con la totalidad de los bautismos del Libro 5º registrados entre los años 1706-1713, cuya suma arroja 1372 partidas. (4)
En el mes de abril de 2012 logramos dar a luz otro volumen y al igual que las veces anteriores recurrimos a un disco, necesario para albergar más de 9.000 partidas y evitar un mayor costo en la impresión de la obra. Así dimos a conocer en forma impresa 1.937 partidas del Libro 6 (1713-1720) y 2.081 del Libro 7 (1720-1727). En el soporte magnético grabamos 1.201 partidas del Libro 8 (1727-1732) y 314 de la Capilla de Luján, libros estos pertenecientes a la Catedral de Buenos Aires que se encuentran desaparecidos desde hace muchos años y que fueron copiados en su momento por Don Roberto Campos. Su inclusión en este nuevo lanzamiento obedece al hecho de haberse agotado la edición donde fueron publicados por primera vez estos valiosos testimonios, además, preciso para dar continuidad al periodo que tratamos, el cual se complementa con otras 2.880 partidas del Libro 9 (1732-1747) y 788 del Libro 10 (1747-1752).(5)
Siguiendo la misma metodología en octubre de 2015 en forma impresa publicamos los libros 11 (años 1752-1760), 12 (1760-1769), 13 (1769-1775) y 14 (1775-1779), un total de 4600 partidas. A ello sumamos los índices alfabéticos de los libros 15 al 23 de los años 1779-1816 en un CD-R en el cual, además, reeditamos las transcripciones de los años 1635-1752.(6)
Al final de una y otra de estas recopilaciones se encuentran los índices confeccionados en forma alfabética con indicación del número de orden donde se encuentra cada una de las partidas. En estas listas el oleado y/o bautizado fue individualizado por su apellido paterno y materno separado por la conjunción y con el objeto de precisar su filiación.
Los nombres y apellidos como es nuestra costumbre fueron adaptados al uso actual y en otros casos nos hemos limitado a copiarlos en la forma como se encuentran escritos en las partidas ante las diferencias observadas en las distintas fuentes consultadas. Para ello hemos tenido en cuenta las publicaciones efectuadas por Don Carlos Jáuregui Rueda, Don Hugo Fernández de Burzaco y Don Raúl Alejandro Molina.
No queremos dejar de mencionar una observación muy común detectada en la mayoría de los estudios genealógicos publicados; nos referimos a las fechas de los “bautismos” adjudicados a las personas tratadas en dichos trabajos. Estas fechas en muchos de los casos inducen a un error, pues corresponden al momento cuando el sacerdote suministraba “el óleo y la crisma”, o sea cuando se eximía de bautizar a quienes ya habían recibido ese sacramento con anterioridad y en caso de necesidad.
Esta advertencia también alcanza a los diccionarios, padrones y otras fuentes genealógicas, cuya información obliga a una revisión si queremos lograr una mayor excelencia en los estudios de la ciencia que nos ocupa. Ejemplo de esta aclaración podemos comprobarlo en las partidas transcritas, donde consta la edad o el tiempo de nacido del “oleado” y el nombre del religioso que administró el “bautismo” en caso de necesidad.
Ante la imposibilidad de poder cotejar los libros parroquiales archivados en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced (7), por estar vedado su acceso al público y por ende a los investigadores históricos y genealógicos, la información fue tomada de los microfilm facilitados por el Centro de Historia Familiar – Estaca Quilmes (con asiento en la localidad de Berazategui) de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Nuestro agradecimiento a la Directora de dicho Centro Hna. Teresa Pariente y al Hno. Carlos de Paúl Minotti por la colaboración prestada y buen trato recibido para poder realizar esta tarea.
APUNTES TOMADOS DEL ESTUDIO QUE HICIERA DEL LIBRO PRIMERO DE BAUTISMOS -1601-1639 – (DESAPARECIDO), EL PRESBÍTERO MANUEL JUAN SANGUINETTI EN EL AÑO 1935 1.
El libro primero abarca del año 1601 al 1639; asentada su primera partida el 15 de marzo de 1601. En aquel entonces era su primer cura y vicario Juan Martínez de Macedo; esto acontecía veinte años antes de la erección de la Catedral.
En los primeros folios de ese libro hay extensas notas atribuidas con absoluta certeza al que fuera más tarde cura de la Catedral doctor Juan Cayetano Fernández de Agüero. De ellas, colegimos que veinte años antes de dar comienzo al libro analizado, se habían hecho ya muchos asientos de bautismos y casamientos, cuyas anotaciones se perdieron o averiaron; estando el presente primer libro formado de varios cuadernos yuxtapuestos unos a otros.
Este libro contiene bautismos y matrimonios de españoles y también de gente de servicio, siendo el primer libro de bautismos y el primero de matrimonios.
En la carátula leemos la inscripción siguiente: “Primer libro de Bautismos de Españoles y Negros y de Casamientos y Velaciones que empieza en quince de marzo de mil seiscientos uno siendo Cura y Vicario de esta Ciudad de Buenos Aires Don Juan Martínez de Macedo, 20 años antes de la erección formal de esta Santa Iglesia Catedral” 2.
Y a continuación en la otra página esta anotación: “Primer Libro de Bautismos de los hijos vecinos de esta ciudad y puerto de Buenos Aires, fecho por el bachiller Juan Martínez de Macedo, cura vicario de esta ciudad a once del mes de marzo del año de mil seiscientos uno – y Primero de Negros. Sacristán mayor Tomás de Viedma”.
Pertenecía a la orden de la Merced el sacristán mayor de la Catedral Tomás de Viedma, pues lo vemos aparecer en 1604 como secretario del visitador general de la Merced fray Francisco Escudero, en la provincia mercedaria de Santa Bárbara del Tucumán.
Al folio 7 y siguientes se halla la visita que en nombre del ilustrísimo señor fray Martín Ignacio de Loyola, sobrino carnal de fundador de la compañía de Jesús, obispo del Río de la Plata, hiciera a 9 de enero de 1603, Don Pedro Manrique de Mendoza que ocupaba en aquel entonces el cargo de arcediano de la santa iglesia de la Asunción y que a la vez era visitador y juez eclesiástico del dicho obispado.
Dispuso el visitador que el padre José de Acosta de Tunante, cura de naturales, “asentara por separado los bautismos y matrimonios de los indios y que a ninguno de ellos le fuera administrado los sacramentos sin una previa preparación y que se procediera con gran solemnidad en dichos actos, y que en cuanto al sacramento del matrimonio, se procediera en conformidad con el Santo Concilio de Trento”.
Tres años más tarde, en marzo 4 de 1606, el mismo obispo Loyola llega a Buenos Aires y hace personalmente la visita a la Iglesia bonaerense, como consta a folio 19 y rubricada de su puño y letra “habiendo visto y examinado este libro de bautizados españoles de esta ciudad, dijo que en el no hay cosa que corregir sino que solamente de aquí en adelante se proceda en el como hasta aquí”.
Dicho auto se registra en el folio 134 v.; siendo secretario “ad hoc” del señor obispo Don Luis Buenaventura Navarrete.
Como ya se ha manifestado, este primer libro de bautismos es también el primero de matrimonios y bautismos de los indios y naturales – según nota marginal – están asentados los casamientos de gente de servicio, indios, negros y mulatos, siendo cura de Indios Don Diego Gordón.
En folio 117 están los asientos de gente de servicio a partir del año 1601. En aquella época mientras se edificaba la Iglesia matriz servía de parroquia la iglesia de San Francisco, como lo atestigua la nota del folio 121v. “en 12 de enero de 1604, en la iglesia de San Francisco de este puerto de Buenos Aires que sirve de parroquia bautice…….”.
Es de notar que en este primer libro faltan los bautismos a partir del año 1629 al 1635, por consiguiente existe una laguna de seis años y cinco meses, estando los de 1621 al 1629 asentados en el libro segundo de “cuartilla”, y en este primer libro, desde folio 142 (año 1637) hay más bautismos de españoles hasta abril de 1640.
Desde el folio 135 da principio el libro de entierros hechos por el licenciado Luis de Abalos, cura de la Catedral. En el folio 142 consta la visita que hiciera a esta ciudad en abril de 1636, el ilustrísimo señor fray Cristóbal de Aresti, obispo electo del Paraguay y gobernador del Río de la Plata; quien después de haber revisado el archivo afirmó: “que los señores curas habían cumplido con su deber en cuanto a la manera y forma de llevarlos”, prohibiendo que los religiosos y sacerdotes seculares bautizaran sin previa autorización del obispo.
Al folio 48 comienzan los asientos de matrimonios “Libro de velaciones de la ciudad de los vecinos de ella” – hecho por el dicho vicario – año de 1601 (Fdo.) Martínez de Macedo. En el folio 154 hay intercalados quince matrimonios, para luego seguir los matrimonios del año 1614 en el segundo libro, que es de “cuartilla”, hasta 1630.
Del folio 155 al 189 – en 34 fojas – están asentadas las partidas de confirmaciones administradas por el obispo fray Cristóbal de Mancha y Velasco en 8 de diciembre de 1647 y siguen las confirmaciones hasta el final del primer libro o sea hasta el año 1659.
Es digno de mencionar el encomiable y embarazoso trabajo del doctor Agüero, que en 1º de junio de 1792, para que no se perdieran las primeras partidas, ya muy deterioradas, las transcribió muy abreviadas en seis fojas, desde el año 1601 al 1640 “sacando al margen los apellidos para su fácil manejo”.
No contento con esto, el mismo Agüero ha intercalado muchas notas marginales en las partidas, viniendo con esto a esclarecer y dar vida a puntos históricos que con toda seguridad se hubiesen perdidos. Así por ejemplo, destacamos en el folio 45v., la familia de Cristóbal Cabral de Melo y Alpoin, casado éste con María Caravajal de Salas, de donde desciende Doña Juana Gutiérrez de Paz y Serrano, madre de los obispos Juan y Gabriel de Arregui; del alférez José de Arregui y de Doña Ana, casada ésta con el gobernador del Tucumán Juan de Armaza y que al enviudar fuera madre priora y fundadora del monasterio de Santa Catalina de nuestra ciudad.
De dicha familia nació, entre otros, el jesuita Gregorio Cabral de Melo y Alpoin Caravajal y Salas, rector que fue del colegio grande de esta ciudad y provincial de esta provincia de la compañía de Jesús, pariente éste del regidor perpetuo Miguel Gerónimo de Esparza Rodríguez.
Al folio 47 el doctor Agüero trae a colación los antecedentes de su familia que intercalamos brevemente. Su madre era Doña Petrona Cabral de Melo Alpoin Leal de Ayala y Aguila casada con el capitán de corazas Amador Fernández de Agüero, regidor, alcalde, síndico, etc. Su abuelo, Juan Cabral de Melo Alpoin Leal de Ayala, tuvo un hijo que se afincó en la ciudad de Salta, Leandro Cabral , y que fue padre del doctor Cabral, clérigo presbítero, y de otra mucha descendencia allí conocida y distinguida. Otro hijo era Gregorio Cabral, padre del maestro Narciso Cabral , clérigo presbítero y beneficiado de esta iglesia de Buenos Aires, padre asimismo de Tránsito Cabral, casada con el alférez de dragones Santiago Martínez y también de Don Ignacio Cabral , padre de Inés Cabral, esposa del alférez de artillería Luis Fogaza, y finalmente de Ana Cabral , casada con el capitán Pablo Cordovés Hurtado, padres del clérigo Sebastián Cordovés Hurtado.
Al folio 153 hay una nota que dice: “Este año de 1640 murió a 31 de diciembre el valeroso misionero el P. San Juan Francisco Regis mártir del Japón. En el folio 132 se lee: “a 25 de noviembre bauticé a Catalina de Isabel, del servicio de don francés……..la nota marginal viene a esclarecer a quien se aplicaba este calificativo: este Don Francés se apellidaba Beaumont y fue gobernador de Buenos Aires.
EL INCENDIO Y DESTRUCCIÓN DEL ARCHIVO ARZOBISPAL DE BUENOS AIRES (8)
Cuando hace
algunos años se conoció el incendio de la Biblioteca de Lima, una sensación de
estupor se produjo en América. Una maravillosa colección de manuscritos y de
libros, reunidos y conservados con imponderable celo durante cuatro centurias,
había desparecido para siempre.
Lima,
centro virreinal, cumbre gloriosa de un pasado cultural, y cuna de la primera
universidad americana, había perdido un repertorio de valor inestimable para la
historia del Nuevo Mundo. Se habló entonces de manos culpables, de negociados
escandalosos de ejemplares únicos, que nunca se pudieron probar, ni hacía
falta, porque los libros quemados habían desaparecido para siempre.
Hoy Buenos
Aires lamenta una desgracia semejante, en el segundo repositorio nacional,
porque, después del Archivo General de la Nación, nada podía compararse al
inmenso tesoro que encerraban los anaqueles del Palacio Arzobispal.
Solamente
la ignorancia, esa ignorancia que comete los crímenes más insensatos ha podido
consumar el atentado cultural más grande del país, desde que Mendoza y Garay
echaron los cimientos de nuestra nacionalidad, aprovechando un estado incierto
en que las conciencias estaban ocupadas en recuperar la dignidad humana,
perdida en 12 años de extravíos políticos.
¿Sabe el
lector lo que se ha perdido en el incendio de este archivo llamado
popularmente, de la Curia?
Muy pocas
personas, como el autor de estas líneas, que pasaron largos años de
investigación a su sombra, podrán referirlo; el resto, desgraciadamente, lo
ignora, pues de este archivo apenas si había un modestísimo índice de personas,
simple guía, que no señalaba la materia ni el contenido de los legajos.
Baste
decir, que allí se guardaba la historia de la familia porteña, desde los
remotos días de Juan de Garay, para tener aproximadamente una sensación
superficial de su antigüedad, pues este archivo contenía una riqueza de valores
excepcionales para las familias tradicionales de los argentinos. Estaba allí la
historia minúscula de casi todos los pobladores, que paso a paso y con el
esfuerzo de sus brazos y de sus espaldas echaron como la hormiga los cimientos
de la ciudad, que andando el tiempo, había de ser la primera de habla hispana.
Este
precioso archivo se dividía en tres secciones distintas: la biblioteca en los
pisos superiores, espléndido repositorio, que poseía ejemplares rarísimos que
en su origen habían pertenecido a los obispos de esta diócesis y a otros
dignísimos sacerdotes, que fueron legados para enriquecer sus anaqueles, entre
ellos, las hermosas bibliotecas de los obispos de la Mancha y Velazco; Azcona e
Imberto, y del Deán, Valentín de Escobar y Becerra; esta última de más de
ciento cincuenta ejemplares, y entre ellos obras de León Pinelo, de Solórzano y
Pereyra, de Hevia Bolaños y de otros muchos autores americanistas, en sus
primeras ediciones, y en cuanto a las del siglo XIII, eran aún más numerosas
las aportaciones. La segunda sección estaba constituida por las capellanías,
que guardaba la historia de la devoción de nuestro pueblo, institución jurídica
que permitió el sostén del culto por muchos años, con preciosas noticias sobre
las primeras casas y estancias de Buenos Aires.
Finalmente, el archivo propiamente dicho. Este repositorio documental
existente en la planta baja, contenía la historia íntima de la ciudad, la
historia de la familia argentina.
La parte
más antigua, desde los albores del siglo XVII hasta 1810, que constituye la
parte histórica propiamente dicha, con expediente que podían considerarse como
verdaderas joyas, muchas de ellas relacionadas con los primeros alcaldes,
regidores en que daban los pormenores genealógicos de sus familias, y la vida
de algunos maestros de primeras letras, de imprescindible valor para la
reconstrucción de nuestra historia civil y educacional de nuestra ciudad.
Contenía
para el siglo XVII, nueve legajos, que encerraban un número de expedientes que
oscilaba entre los 200 y 700 ejemplares, cada uno, y éstos a su vez contenían
desde cinco a cuatrocientas fojas.
En su
mayoría estaban formados por las pruebas de soltería que obligatoriamente
debían de ofrecer los forasteros para obtener licencias de matrimonio, por lo
regular de cinco a diez fojas, donde además de la solicitud, se registraba el
testimonio de cuatro o cinco testigos que deponían sobre los antecedentes
biográficos de los aspirantes, muchos de ellos, después figuras relevantes de la ciudad. Otros , los
menos, registraban las oposiciones de las familias de la novia, cuando el
candidato no era de su gusto, y finalmente, los juicios por nulidades del
matrimonio y divorcios que, como se sabe, se ventilaban ante la autoridad
eclesiástica; algunos de estos expedientes pasan de las cuatrocientas fojas, y
también, una serie de piezas, como concurso de curatos, pastorales,
episcopales, etc.
¿Cuántas
noticias encerraban estos expedientes sobre el movimiento y vida familiar de la
ciudad, en el testimonio de decenas de testigos que deponían sobre la vida
íntima de la familia, hoy elementos insubstituibles para reconstruir la
historia más valiosa de la ciudad? Imposible es determinarlo. Numerosos dictámenes
médicos y jurídicos, del más alto valor histórico completan estas noticias
desgraciadamente pérdidas en su totalidad por el incendio de sus originales.
En cuanto
al siglo XVIII, la pérdida es aún más lamentable, pues los legajos alcanzaban a
más de trescientos, y los expedientes sumaban más de doscientas mil piezas, con
más de un millón de fojas.
Aunque la
materia es sobre los mismos temas, el notable aumento de la población y las
noticias que guardaban muchos expedientes sobre las familias de los próceres
Manuel Belgrano, Bernardino Rivadavia, Nicolás Rodríguez Peña, Mariano Moreno,
Valentín Gómez, Cornelio Saavedra, para no nombrar sino los más importantes
figuraban allí, como testigos y como partes, en numerosas actuaciones.
Riquísimas bibliotecas como la
de Labardén , el padre del autor de Siripo, y numerosas actuaciones eclesiásticas sobre organización de
curatos y construcciones de templos, han desaparecido también para siempre.
No
obstante, sabemos y están ya en comunicación con esta revista, algunos investigadores
que han tomado nutridas notas de este repositorio y se hallan dispuestos a la
reconstrucción de parte de estos archivos, sobre todo del siglo XVII, cuya
publicación iniciaremos en los números siguientes. Allí conocerá el lector,
mejor que por estas notas, la importancia de lo perdido.
1.- Manuel Juan Sanguinetti R. P., “Estudio sobre el Archivo Parroquial de La Merced de Buenos Aires”, Revista Eclesiástica del Arzobispado de Buenos Aires”, años 1935/1938.
2.- Matrimonios, Bautismos y Defunciones de la Catedral de Buenos Aires 1601-1644 y Legajos I y II de Expedientes Matrimoniales del Archivo del Arzobispado de Buenos Aires (Ex Curia Eclesiástica). Raúl Molina, Academia Americana de Genealogía, Bs. As., septiembre de 2002.
3.- Beliera Aldo Abel, “Catedral de Buenos Aires – Registro de Oleos y Bautismos” – Libro 2.2 (1635-1656), Libro 3 (1656-1682). Reconstrucción del Libro 8 (1727-1732). Suplementario de Matrimonios (1644-1655) y Bautismos de la Capilla de Luján (1714-1730). Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires. Bs. As. 2009.
3.- Beliera Aldo Abel, “Catedral de Buenos Aires – Registro de Oleos y Bautismos” – Libro 2.2 (1635-1656), Libro 3 (1656-1682). Reconstrucción del Libro 8 (1727-1732). Suplementario de Matrimonios (1644-1655) y Bautismos de la Capilla de Luján (1714-1730). Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires. Bs. As. 2009.
4.- Beliera Aldo Abel, "Catedral de Buenos Aires - Registro de Oleos, Bautismos y Confirmaciones", Libro 4 (1682-1706). Libro 5 (1706-1713). Confirmaciones años 1685, 1691, 1693 y 1699 y Partidas de españoles registradas en los libros de Bautismos de Gente de Servicio. Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires. Bs. As. 2010.
5.- Beliera Aldo Abel, "Catedral de Buenos Aires - Registro de Oleos y Bautismos" - Libro 6 (1713-1720). Libro 7 (1720-1727). Libro 8 (1727-1732). Libro 9 (1732-1747). Libro 10 (1747-1752). Bautismos Capilla de Luján (1714-1730). Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires. Bs. As. 2012.
6.- Beliera Aldo Abel "Catedral de Buenos Aires - Registro de Oleos y Bautismos"- Libro 11 (1752-1760). Libro 12 (1760-1769). Libro 13 (1769-1775). Libro 14 (1775-1779). En CD-R Bautismos años 1635-1752 e índices alfabéticos 1601-1816. Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires (EHSBA). Bs. As. 2015.
6.- Beliera Aldo Abel "Catedral de Buenos Aires - Registro de Oleos y Bautismos"- Libro 11 (1752-1760). Libro 12 (1760-1769). Libro 13 (1769-1775). Libro 14 (1775-1779). En CD-R Bautismos años 1635-1752 e índices alfabéticos 1601-1816. Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires (EHSBA). Bs. As. 2015.
7- En la actualidad la consulta de estos libros en forma personal no está permitida a los investigadores, debiéndose resignar los interesados en obtener información, previo pago de una suma de dinero, a una copia o acceder a una transcripción digitalizada en un programa que se puede ver en PC instaladas en la misma parroquia. Otra alternativa es a través de la página http://www.familysearch.com/ de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
8.- Raúl Alejandro Molina, Revista Historia Nº 2, pp. 147-149, Buenos Aires, octubre-diciembre 1955.
8.- Raúl Alejandro Molina, Revista Historia Nº 2, pp. 147-149, Buenos Aires, octubre-diciembre 1955.
DETALLE DE LOS LIBROS DE BAUTISMOS DE ESPAÑOLES
DE LA CATEDRAL DE BUENOS AIRES (1601-1829)
LIBRO
|
AÑOS
|
PERIODO COMPRENDIDO
|
FOLIOS *
|
1
|
1601-1640
|
11-03-1601 / 28-12-1613
04-10-1621 / 15-03-1630
16-04-1636 / 10-04-1640
|
84
114
22
|
2.2
|
1635-1656
|
15-08-1635 / 17-12-1656
|
84
|
3
|
1656-1682
|
23-04-1656 / 05-05-1682
|
306
|
4
|
1682-1706
|
15-04-1682 / 15-03-1706
|
740
|
5
|
1706-1713
|
16-03-1706 / 18-01-1713
|
318
|
6
|
1713-1720
|
24-01-1713 / 23-09-1720
|
566
|
Suplem.
7 |
1714-1730
1720-1727 |
20-04-1714 / 10-09-1730
23-09-1720 / 05-07-1727 |
90
598 |
8
|
1727-1732
|
06-07-1727 / 21-02-1732
|
402
|
9
|
1732-1747
|
26-02-1732 / 14-04-1747
|
755
|
10
|
1747-1752
|
01-08-1747 / 09-09-1752
|
265
|
11
|
1752-1760
|
10-09-1752 / 06-11-1760
|
435
|
12
|
1760-1769
|
08-11-1760 / 21-08-1769
|
527
|
13
|
1769-1775
|
20-08-1769 / 04-02-1775
|
288
|
14
|
1775-1779
|
06-02-1775 / 21-02-1779
|
176
|
15
|
1779-1784
|
20-06-1779
/ 04-08-1784
|
332
|
16
|
1785-1791
|
07-01-1785
/ 27-12-1791
|
308
|
17
|
1791-1794
|
28-02-1791
/ 13-06-1794
|
356
|
18
|
1794-1797
|
13-06-1794
/ 29-09-1797
|
414
|
19
|
1797-1801
|
29-09-1797
/ 27-08-1801
|
492
|
20
|
1801-1804
|
31-08-1801
/ 18-12-1804
|
392
|
21
|
1804-1808
|
22-12-1804
/ 10-09-1808
|
566
|
22
|
1808-1811
|
12-09-1808
/ 07-11-1811
|
496
|
23
|
1811-1816
|
05-11-1811
/ 29-02-1816
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490
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24
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1816-1819
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01-03-1816 / 08-12-1819
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592
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25
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1819-1822
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08-12-1819 / 17-11-1822
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480
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26
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1822-1826
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18-11-1822 / 07-10-1826
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548
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27
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1826-1829
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10-10-1826 / 30-03-1829
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392
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-Los
libros marcados en negrita fueron transcritos con sus
respectivos índices. Los marcados en rojo se confeccionaron los índices.
*Folios, se cuentan anverso y reverso
para la suma total, estén o no numerados.
-El Libro 1 comprende los años
(1601-1613), (1621-1630) y (1636-1640). Falta en el archivo de la Parroquia de
La Merced; fue copiado por D. Raúl Alejandro Molina y publicado por la Academia Americana
de Genealogía en el mes de septiembre de 2002.
-El Libro 4 (1682-1706) desde el folio
337 hasta el 370 tiene Confirmaciones de los años 1685, 1691,1693 y 1699.
-Al comienzo del Libro 7 (1720-1727)
dice: “Se previene que se sabe de cierto que en Luján hay un
libro de bautismos correspondiente a los años de este presente libro y al
antecedente y aun al subsiguiente, pues es de 1714 hasta 1731, antes de ser
Curato separado de este, aquel Partido de Luján.” Estas partidas, incluidas
en el denominado Libro Suplementario (desaparecido), fueron copiadas parcialmente por D.
Roberto Campos y publicadas por el Ing. D. Carlos E. Fandiño en los Boletines del
Instituto
Argentino de Ciencias genealógicas Nº 196 (septiembre-octubre
1996); Nº 198 (marzo-abril 1997) y Nº
199 (mayo-junio 1997).
-En el libro 9 (1732-1747) la
persona que digitalizó el microfilm dejó escrito: “El volumen Nº 8 Años = 1727-1732
fue robado de los archivos de esta Parroquia. No hay copias ni acceso a información
que pudiera cubrir la falta del volumen. El operador”. D. Roberto
Campos alcanzó a copiar cerca de 1.000 partidas de este libro antes de su
desaparición, constancias éstas, al igual que los Bautismos de la Capilla de
Luján (1714-1730), fueron publicadas por EHSBA en un CD-R en los años
2009, 2012 y 2015.
-Las actas de bautismos de los Libros
22 (1635-1656), 3 (1656-1682), 4 (1682-1706), 5 (1706-1713), 6
(1713-1720), 7 (1720-1727), 8 (1727-1732), 9 (1732-1747), 10 (1747-1752), 11
(1752-1760), 12 (1760-1769), 13 (1769-1775) y 14 (1775-1779) cuya cifra supera las
22.000 partidas, fueron trascritas y publicadas en los años 2009, 2010. 2012 y
2015 por Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires (EHSBA)..
-En el CD-R anexo a la publicación
(2015) pueden consultarse los índices onomásticos de las partidas de bautismos
de españoles contenidas en los libros 15 (1779-1784), 16 (1785-1791), 17 (1791-1794),
18 (1794-1797), 19 (1797-1801), 20 (1801-1804), 21 (1804-1808), 22 (1808-1811)
y 23 (1811-1816). Los hijos de padres no conocidos no fueron registrados en
estas listas.
-El Libro 28
contiene Bautismos de personas de color blanco, (españoles), celebrados en la Parroquia
de Nuestra Señora de la
Merced. Las partidas de este volumen comienzan el día 4 del
mes de abril de 1830 y sigue inmediatamente al antiguo Curato de la Catedral,
cuyo archivo en su totalidad después de su división pasó a dicha Parroquia.
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